En la naturaleza existen seres inertes, como las rocas o el viento y seres vivos como las personas, los animales y las plantas.
Sus elementos constitutivos son fundamentalmente el Carbono (C), Hidrógeno (N) Oxígeno (O) y Nitrógeno (N), presentándose otros muchos elementos en proporciones más bajas, estos son conocidos como bioelementos. Estos átomos se unen entre sí para formar moléculas, ya sean inorgánicas como el agua (el constituyente más abundante de nuestro organismo, dibujo de la derecha) u orgánicas como los glúcidos, lípidos, proteínas... Pero la vida que alberga estos átomos y moléculas reunidos con un propósito concreto, convierten al ser humano y a cualquier ser vivo en una extraordinaria máquina compleja
Podemos reconocer a los seres vivos porque tienen en común las siguientes características:
- Nacen. Todos los seres vivos proceden de otros seres vivos.
- Se alimentan. Todos los seres vivos necesitan tomar alimentos, aunque cada uno tome un tipo de alimento diferente.
- Crecen. Los seres vivos aumentan de tamaño a lo largo de su vida y, a veces, cambian de aspecto.
- Se relacionan. Los seres vivos son capaces de captar lo que ocurre a su alrededor y reaccionar como corresponda.
- Se reproducen. Los seres vivos pueden producir otros seres vivos parecidos a ellos.
- Mueren. Todos los seres vivos dejan de funcionar en algún momento y dejan, por tanto, de estar vivos.
Las funciones vitales.
Las funciones vitales son los procesos que todos los seres vivos realizan para mantenerse con vida. Las funciones vitales son tres:
- La nutrición.
- La relación.
- La reproducción.
La función de nutrición.
La nutrición es el proceso por el que los seres vivos toman alimentos, los aprovechan y expulsan las sustancias de deshecho que se producen.
Los alimentos contienen nutrientes, que son sustancias que los seres vivos emplean para crecer y conseguir la energía necesaria para realizar el resto de sus funciones vitales.
La función de relación.
La función de relación es el proceso por el que los seres vivos captan lo que ocurre en su entorno y responden en consecuencia.
Gracias a esta función todos los seres vivos son capaces, al menos, de conseguir alimentos y huir de los que les pudieran dañar. Por ejemplo, las personas usamos los órganos de los sentidos para informarnos de lo que ocurre y luego actuamos: nos movemos, hablamos,...
La función de reproducción.
La función de reproducción es el proceso por el que los seres vivos pueden dar lugar a descendientes que son parecidos a ellos.
De este modo, los nuevos seres vivos reemplazan a los que mueren. Muchos animales, como las personas, necesitan de la cooperación de una pareja para reproducirse.